Resulta raro encontrar libros que traten el homeschooling en forma novelada y esto es aún más infrecuente en el caso de novelas en español. Por eso hoy quería hablar de este libro, El despertar de la señorita Prim, de Natalia Sanmartin Fenollera, una historia ligera sobre cosas bonitas.
La idea principal del libro es la relación que se establece entre la señorita Prim y el pueblo donde va a trabajar como bibliotecaria de un hombre -el hombre del sillón. "San Ireneo de Arnois parecía un lugar anclado en el pasado.[...] Era una sociedad reducida. En la villa residía un laborioso grupo de agricultores, artesanos, comerciantes y profesionales, un recogido y selecto círculo de académicos y la sobria comunidad monacal de la abadía de San Ireneo. Aquellas vidas entrelazadas formaban todo un universo". En resumen, este pueblo era "una colonia de exiliados del mundo moderno en busca de una vida sencilla y rural".
Y allí llega Prudencia Prim y poco a poco el ambiente, las personas, sus charlas, el amor que surge, influyen en ella y la cambian para siempre (entre paréntesis diré que la señorita Prim es un personaje que me resulta irritante durante buena parte de la historia. Es crítica, rígida, dura, de mente cerrada, aunque poco a poco va cambiando. De ahí el título del libro).
Pero a lo que vamos. Hay otra idea que se desarrolla en el libro poco a poco, y es la de que la educación de los hijos la llevan a cabo las familias: "En aquella comunidad eran las familias, cada una en función de su perfil, su ambición y sus posibilidades, las encargadas de formar intelectualmente a sus hijos. La escuela era vista como un elemento subsidiario -indeseable, pero necesario- en el que se apoyaban buena parte de los padres de familia. Buena parte, pero no todos". Como de quien se habla es de los niños a cargo del hombre del sillón, a ellos y su educación me referiré. Así pues, entresaco algunas palabras del libro sobre este tema:
:: La impresión que causa en la señorita Prim el descubrir que a los sobrinos del hombre del sillón los educa él mismo en casa: "Unos niños sin escolarizar, no podía ser verdad. Un grupo de niños posiblemente medio salvajes y sin escolarizar, ¿pero adónde había ido a parar?".
:: El motivo de la educación en casa, por el hombre del sillón: "La verdad es que mi opinión sobre la educación reglada es muy particular. Pero si decide quedarse a trabajar aquí, le bastará con saber que educo a mis sobrinos personalmente porque estoy decidido a darles la mejor formación posible. No tengo esas excusas románticas que me atribuye, señorita Prim. No estoy herido, no me siento deprimido, ni siquiera puedo decir que me encuentre solo. Mi única intención es que los niños puedan convertirse algún día en todo aquello que la escuela moderna se ve incapaz de producir".
Un amigo del hombre del sillón, Horacio Delàs intenta aclarar algo más a la señorita Prim: "¿Que si es riguroso? Soy un enamorado del método escolástico, señorita Prim, no espere de mí que critique la exigencia académica. No tengo demasiada buena opinión de la educación de los últimos cincuenta años, no voy a mentirle".
:: ¿Y cuál es el tipo de educación en casa a la que se refieren? Una basada en los clásicos, de inspiración cristiana, ya que el hombre del sillón se convirtió al cristianismo unos años atrás.
:: Más cosas:
- Las familias organizan su tiempo, incluido el horario de trabajo, para que no interfiera en el ritmo de vida de la familia.
- Algunos de estos padres y madres dan clases no solo a sus hijos, sino también a los de los otros, "una actividad que contaba con un enorme prestigio social". El hombre del sillón da clases de lenguas clásicas a sus sobrinos y a otros chicos, dos o tres veces por semana.
- Los chicos van a estudiar arte a sitios como la Galeria Tretriakov o Asís.
- El hombre del sillón enseña a sus sobrinos, en vivo, las seis grandes reglas de Godofredo de Preuilly, mientras estos escenifican un torneo medieval con palos de madera.
- Hay una escuela en el pueblo y hay una maestra, pero especialmente elegida por sus habitantes "para que cuide todo ese trabajo, para que lo conserve, para que lo proteja. O para que lo entienda usted mejor: para que no lo estropee. ¿Se escandaliza? Si contrataran a una maestra repleta de teorías sobre pedagogía, sociología, psicología infantil y todas esas ciencias modernistas, tendrían al zorro dentro del gallinero. Piénselo de esta forma: si usted estuviese convencida de que el mundo ha olvidado cómo pensar y educar, si creyese que ha arrinconado la belleza de la literatura y el arte, si pensase que ha ahogado la fuerza de la verdad, ¿permitiría que ese mundo enseñase algo a sus hijos?".
La impresión que me dio el leer todo esto es que la autora se ha informado bastante acerca de la educación en casa, y su forma de presentarla es muy natural, como la de alguien que conoce bien este mundillo. Y aunque la idea que pueda quedar al lector es que hay que irse del mundo para educar en casa, es un paso que un libro que se está distribuyendo tan bien haga presente este tema como algo tan cotidiano... al menos en San Ireneo.
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ESCRITO POR...
Maria Calderón es madre de dos hijos, de 8 y de 4 años, a los que educa en casa. Aunque su estilo educativo es ecléctico, siente una especial inclinación por la educación neoclásica, que insiste en aplicar en su hogar con su hijo mayor. Podéis leerla en su blog de educación en casa, Por el roble, el fresno y el espino.
Ha hecho una pequeña colaboración en el curso Charlotte Mason de manera fácil. Ella y Silvia Cachia han traducido el libro Geografía Elemental, de Charlotte Mason.
Ha hecho una pequeña colaboración en el curso Charlotte Mason de manera fácil. Ella y Silvia Cachia han traducido el libro Geografía Elemental, de Charlotte Mason.