Hay personas que me preguntan cómo nos
organizamos para educar en casa, que si hago de profesora, que si
tenemos un aula, un horario, qué método seguimos....
Al
principio no me daba cuenta de lo que me sonaba mal en todas estas
preguntas, aunque siempre les contestaba con detalles. Ahora, con el
paso de los años, he realizado que todas estas personas plantean las
preguntas de esta forma porque siguen separando el aprendizaje - la
educación de los hijos - de la vida real y de la vida familiar.
Que
quedé claro, educar en casa es un modo de vivir, no algo aparte, algo
ajeno a nuestra vida diaria; no se trata de horarios o métodos, se trata
de moldear nuestra vida familiar de tal forma para que podamos vivir el
proceso de aprendizaje-educación con placer y provecho y enlazado a
nuestros quehaceres cotidianos.
Quizá
por eso empezamos a educar en casa sin darnos cuenta. Es decir ya
educábamos en casa desde que nacieron los niños, sólo que, oficialmente,
"empezamos" cuando decidimos SEGUIR haciéndolo y no llevar a los niños
al colegio. Pero esta decisión no cambió para nada nuestra rutina,
simplemente seguimos ocupándonos de ellos, charlando, saliendo con
ellos, seguimos contestando a sus preguntas y explicando lo que deseaban
saber, seguimos compartiendo experiencias, llevándolos a sus
actividades extra escolares, seguimos viajando juntos, viendo conciertos
o películas juntos - seguimos siendo padres que acompañan a sus hijos
en el proceso de descubrir cómo funciona el universo, y en el de
construir su propia conciencia. Nada cambió.
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