Mis 10 imprescindibles
Tengo
tres niñitos que aprenden sin escuela: Mateo de seis, Pablo de cinco y
Caleb de tres. Mateo y Pablo se llevan un año cinco meses; y Pablo y
Caleb se llevan un año ocho meses. Desde que nació Mateo me dedico de
tiempo completo a ellos.
Yo creo que el aprendizaje no puede separarse de la vida misma, y
también creo que la mejor forma de enseñar es dejar que los niños nos
acompañen y participen en nuestras ocupaciones, por lo que para mí es
esencial que todas las actividades que realizamos durante el día
contribuyan con el desarrollo integral de cada personita. Con tres niños
de seis años y menos esto puede representar un gran reto, por lo que
para sacarle el mayor provecho a nuestra dinámica familiar cotidiana,
considero que para mí es imprescindible contar con:
1. Un objetivo.
Saber hacia dónde
quieres llegar con el tipo de crianza que les estás dando a tus hijos es
esencial. A mí me brinda toda la estabilidad que necesito en los días
de dudas y temores; me proporciona la dosis de motivación diaria cuando
recuerdo hacia dónde voy caminando y volteo para atrás y veo que cada
vez estoy un poco más cerca; y también me ayuda a mantenerme "en el
mismo canal" con mi esposo, pues al estar juntos en este camino,
continuamente verificamos nuestro avance, intercambiamos puntos de vista
y replanteamos nuestras metas.
2. Conexión con mis hijos.
Mantener
la conexión con mis hijos es imprescindible para mí. El día que ando
distraída o sumida en mis asuntos, nuestra dinámica familiar se ve
afectada significativamente.
Estar conectados, para mí, significa que los canales de
comunicación entre ellos y yo se mantienen abiertos, sin interferencias.
De esta forma mi autoridad natural se fortalece, obtengo su cooperación
genuina y naturalmente, las oportunidades de aprender y descubrir cosas
nuevas se incrementan, y ellos también aprenden a prestar atención y
consideración a otros.
Para ello, es necesario que yo tome la decisión de estar totalmente
presente cuando estoy con ellos: escucharlos atentamente viéndolos a
los ojos, haciendo preguntas y comentarios oportunos, y hacer que mi
mente esté bien concentrada - sin estar pensando en el súper o en la
lavadora o en el blog.
Mostrarles atención a mis hijos continuamente tiene sus grandes
recompensas. De hecho, yo diría que es mi arma secreta para vivir 24
horas al día con ellos y en vez de volverme loca, sentirme cada día más
satisfecha.
3. Una mentalidad de "primero lo primero".
Hace
varios años leí este concepto de "primero lo primero", que no es otra
cosa que tener claras tus prioridades y darle a cada persona o actividad
su importancia y su lugar, y desde entonces se ha convertido en uno de
los pilares de mi labor como mamá.
Este concepto me permitió organizarme de tal manera que cuando mis
hijos eran pequeñitos primero jugaba con ellos y después aprovechaba el
rato de su siesta para hacer las labores de la casa. Ahora que son más
grandes, nos permite hacer las labores primero y después gozar de una
casa limpia y ordenada para jugar o hacer nuestros proyectos. Esta misma
mentalidad me permite tomar pequeñas decisiones que tienen una
repercusión notable, como saber cuándo involucrar a los niños en la
cocina, y cuándo es mejor que yo haga la comida rápidamente; o el
levantarme todos los días dos horas antes que los demás para tener
tiempo de avanzar en mis proyectos y hacer ejercicio, lo que me llena de
energías a mí para después poder suplir las necesidades de mi familia. Y
finalmente, es esta misma mentalidad la que me ayuda a mantenerme
enfocada sabiendo que en esta etapa en que mis hijos son pequeños, mi
prioridad es invertirme en ellos. No sé cuánto tiempo los tendré
conmigo, pero si llego a tenerlos veinte o veinticinco años quiero
disfrutarlos al máximo. Ya tendré mucho tiempo después para hacer otras
cosas.
4. Una actitud dispuesta a involucrarse.
Cuando estoy dispuesta a sentarme en el piso sosteniendo un muñeco y fingiendo la voz, o cuando corro en el parque personificando un pirata o una princesa o un ogro, causo un efecto
especial en mis hijos. Sus ojos brillan todavía más y nuestra relación
se siente aún más estrecha.
Por supuesto que hacerlo no me "nace" naturalmente todos los días,
pero sí está en mis manos tomar la decisión de tener esa actitud y
procuro hacerlo a diario. Incluso en días cuando tengo dolor de cabeza o
de cólico, el hecho de decidir levantarme, sonreír y planear un picnic
con mis hijos, marca una gran diferencia en la atmósfera que comenzamos a
respirar y en nuestro estado de ánimo. En muchas ocasiones esa actitud
ha tenido un efecto medicinal en mí.
5. Una responsabilidad para cada quien.
Cuando
los niños tienen una responsabilidad qué cumplir cada día se sienten
importantes y tomados en cuenta, además de que para mí es un gran alivio
tener varios pares de manitas que ayudan en vez de estorbar. Desde muy
pequeños podemos involucrarlos en labores domésticas. Acomodar zapatos
por pares, separar la ropa sucia por colores, recoger juguetes, acomodar
los rollos de papel en el estante, sacudir los muebles, aspirar la
alfombra, doblar toallas, quitar sábanas... son algunas de las labores
con las que mis hijos cooperan en casa diariamente.
6. Un parque enfrente de mi casa.
Con
tres hombrecitos en casa, el parque de enfrente no sólo es
imprescindible, ¡sino que es un gran alivio! Todos los días vamos de dos
a cinco veces: cada vez que necesitamos correr, gritar, sacar energías,
respirar aire fresco y despejar nuestra mente para volver otra vez con
ánimos renovados a nuestros proyectos.
7. Comida saludable.
Poco a poco
voy descubriendo el gran efecto que la comida tiene en nuestro estado de
ánimo - especialmente en los niños - por lo que para mí es
indispensable mantenerme aprendiendo sobre cómo proveer comidas y
refrigerios balanceados y nutritivos que nos mantengan llenos de
energía, saludables y contentos.
8. Legos - y cualquier material armable o manipulable.
A
mis hijos siempre les ha gustado ocupar su mente y sus manos en
actividades que impliquen manipular objetos. Legos, regletas cuisenaire,
tubitos para encajar, bloques de madera, cuentitas planchables (ironing
beads), figuras con imán, bloques de madera, rompecabezas... son
materiales imprescindibles en casa. Los niños pueden pasar horas
(literalmente) ocupados en producir obras muy creativas.
9. iPad.
Por supuesto que la
computadora con internet es un básico que nos provee recursos ilimitados
diariamente. Además, también tengo una impresora y una plastificadora
que me encanta usar para hacerles material a mis niños. Pero si tuviera
que escoger un solo aparato, creo que escogería el iPad, y aquí explico el porqué.
10. Un buen par de abuelos.
Claro
que tener abuelos no es imprescindible para continuar con este estilo de
vida, pero no quería dejar pasar esta oportunidad para decir lo mucho
que mis padres significan para mí y la invaluable aportación que han
hecho en mi vida y siguen haciendo en la vida de mis hijos. Ellos son un
gran apoyo emocional para mí, una fuente inagotable de amor, y también,
un gran recurso de sabiduría y aprendizaje que nos enriquece
continuamente y nos fortalece para continuar con este estilo de vida.
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ESCRITO POR...
Puedes encontrarla en su blog: Aprendizaje Supraescolar
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ESCRITO POR...
Priscila Salazar
es mamá de tres niños, quienes aprenden sin escuela. Siente un profundo
deseo de compartir recursos e información valiosos que les puedan ser
útiles a otros padres genuinamente interesados en buscar una alternativa
real y liberadora para la educación de sus hijos.
Puedes encontrarla en su blog: Aprendizaje Supraescolar