La pubertad y adolescencia de un niño educado en casa, por Sorina Oprean
Cuando no teníamos hijos o, más tarde, cuando los nuestros eran pequeños, recuerdo a muchos de mis amigos (por no decir todos) quejándose de la molestia que supone tener niños entre 12 y 18 años: parecía que todo era terrible, no se podían entender con sus hijos, no veían el momento de que estos se fuesen de casa y, en general, la situación era tensa hasta el límite.
Así que no es de extrañar que cuando nosotros tuvimos a nuestros hijos yo ya me esperaba lo peor cuando hubiésemos llegado a la edad “fatídica”.
Sin embargo esto no fue así....El resultado es que nuestros hijos están con una edad etiquetada como “problemática” en la literatura de especialidad (17 y 15 años, respectivamente) y, sin embargo, son encantadores, muy cercanos a nosotros – no hemos experimentado este “distanciamiento” del que hablan tanto muchos amigos; sí, observamos una mayor autonomía e independencia de gustos, horarios y criterios, cosa natural y de agradecer con estas edades – y, a la vez, los observamos muy conscientes de sus posibilidades y sus habilidades, muy disciplinados con lo que se proponen y bastante colaboradores en las tareas de la casa....