Siguen las respuestas a El País por sus artículos adoctrinadores en contra de la Escolarización en Familia.
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Zinnia, desde Homeschooling Colombia, nos hace llegar esta reflexión y deja la suya propia en el blog sobre el último de esta serie de malintencionados artículos: "La educación en casa aisla y adoctrina", de David Alandete
Por cierto, en Colombia el homeschooling es legal.
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Según El País, la educación en la propia familia “aísla y adoctrina” a los menoresArtículo “de manual” para comprobar como el poder utiliza los medios de comunicación para adoctrinarnos. -Viernes.17 de febrero de 2012 - 282 visitas - 1 comentario(s)
Según deja claro el diario El País en este extenso artículo plagado de tendenciosos datos y opiniones de supuestos expertos, la familia no puede educar a sus propios hijos, porque lo que hace es “adoctrinarlos”. En lugar de esto y para favorecer su adecuada socialización, su libertad de conciencia y su desarrollo autónomo El País propone que deben dejar que sea el estado quien se encargue de ello. El propio estado español -qué casualidad- está de acuerdo, como pueden leer en este otro artículo: El gobierno español dice que es el estado y no los padres quien tiene la potestad de educar a los hijos.
Ya sabemos que la educación del estado se adapta personalizadamente a cada menor, que enseña a cada niño o niña aquello que va con ella y no es una especie de “café para todos”, que en ella –la educación obligatoria estatal- no existe ningún tipo de tendencia o espíritu competitivo o selectivo. Que métodos pedagógicos desfasados como las notas y exámenes o memorizar están fuera de lugar, que se fomenta en los alumnos/as la horizontalidad y responsabilidad siendo los profesores amigos que sugieren y no autoridades. Que sus centros educativos son espacios físicos abiertos de par en par y con las normas mínimas indispensables para favorecer el crecimiento en responsabilidad y no el aborregamiento. Que en las aulas se trabaja siempre en círculos o pequeños grupos, de forma integrada y favoreciendo siempre la cooperación por parte de los alumnos entre ellos en las tareas de aprendizaje, con la menor intervención posible de los adultos. Que los centros educativos del estado son permanentes foros de debate en los que cada alumno y alumna, desde dinámicas de respeto y tolerancia, aprende a pensar por sí misma y a enriquecer permanentemente su punto de vista y su forma personal de comprender la realidad. Que los planes de estudios, como decimos, son abiertos y se adaptan a las circunstancias de cada menor. De hecho, a la hora de medir el éxito educativo tanta importancia tiene haber acabado a nivel laboral con un título de medicina o arquitectura como haber acabado siendo un buen albañil o agricultor. Porque lo laboral, en el sistema estatal de enseñanza obligatoria y superior, solo es uno de sus objetivos. Tan importante es también educar personas íntegras y con herramientas suficientes para la realización personal y social.
Por último, porque sabemos que en la enseñanza del estado no hay ningún tipo de asignatura que eduque en principios religiosos o morales preestablecidos. Tampoco hay asignaturas que violen la conciencia de los menores educándoles en conceptos tales como que el sistema partitocrático en que vivimos en una democracia imperfectible, que la constitución es más sagrada que la biblia, que nuestros militares se dedican “a la paz” o que es maravilloso tener un rey que vele por la unidad de España. Al contrario, el objeto de todo el sistema educativo estatal es forjar seres humanos libres, conscientes y comprometidos con la transformación de la sociedad más allá de la no-democracia y el capitalismo actuales.
Por si alguien se quedó con la mosca detrás de la oreja, tómese todo lo anterior como una ironía. Nota de Tortuga.