La semana pasada se celebró en la Universidad de Navarra el II Congreso Nacional (y I Internacional) de Educaciónen Casa/Homeschooling. Allí tuve el placer de conversar con profesores de diversas ramas del Derecho y con inspectores de educación, entre otros profesionales.
Presenté una ponencia titulada “Consecuencias de la falta de asesoramiento legal previo a la desescolarización” ya que, dada la convergencia de mi profesión con mi condición de madre homeschooler, me encuentro demasiado a menudo con familias que podrían haber evitado procesos judiciales en su contra si hubieran contado con el debido asesoramiento antes de tomar ninguna decisión respecto de la escolarización de sus hijos. Recalqué, además, la importancia de contar con un experto procesalista que vele por la observancia de las garantías del proceso.
La cuestión fue ampliamente completada con las ponencias de otros juristas, como el profesor Muñoz, de la Universidad de la Rioja, quien analizó la posición del Tribunal Constitucional ante el homeschooling; el inspector de educación y profesor de la UNED, Don Ángel Sanz, quien destacó la necesidad de un cambio legislativo que desvincule a la educación en casa del absentismo escolar para facilitar la labor de los inspectores educativos; o el ex Director General de la Alta Inspección Educativa del Estado, Don Teófilo González, cuya ponencia se centró en la inexistencia de razones válidas que justifiquen la imposición legal de la escolarización obligatoria.
La profesora Madalen Goiría, de la Universidad del País Vasco, presentó una interesante propuesta de flexibilización del sistema escolar que es utilizada con éxito en otros países. Se trata del llamado “flexischool”, es decir, escuela flexible, y consiste en la posibilidad de que las familias que educan en casa tengan la posibilidad de escolarizar a sus hijos por asignaturas en vez de por cursos completos. Así, un niño podría educarse en casa y, a la vez, acudir a la escuela para realizar clases de alguna asignatura específica. Es habitual que este sistema se utilice para las materias de matemáticas, ciencias y educación física, para cuya enseñanza una escuela puede resultar mucho más eficiente que una familia.
Al margen de sus opiniones personales respecto de las ventajas e inconvenientes de la educación en casa, todos los ponentes coincidieron en la necesidad de que esta opción educativa sea reconocida de forma expresa por la legislación española, y en la inmoralidad que supone la persecución a que actualmente están expuestas las familias que se responsabilizan directamente de la educación de sus hijos. El alto grado de estatismo del que está imbuida la sociedad española convierte a los homeschoolers de este país en luchadores que deben enfrentarse diariamente al juicio social, además de a la incompetencia y al autoritarismo de las administraciones públicas. No se trata de un debate pedagógico, sino de un debate moral acerca de la libertad de elegir. Como bien dijo Christine Brabant, de la Universidad de Louvaine, "Si unos padres quieren educar a sus hijos en casa y crear herramientas de homeschooling, la pregunta no es si el gobierno debería permitírselo o no. Es cómo será apoyado y qué normas regirán su práctica. Es un reto gobernativo”.
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Vía: LauraMascaro.com