El siguiente trabajo surgió el curso pasado, como fuente de motivación para Silvia como homeschooler definitiva. Ella, ha sido motivo de un vergonzoso y sistemático acoso escolar. Unido a su notable déficit atencional le ha relegado a ser una niña con muy baja autoestima, gran frustración y un muy alarmante grado de desmotivación, dado que su desilusión es notable por las nocivas vivencias sufridas.
Es por ello, por lo que entendía, debía intentar ilusionarla para motivar su mente y por ende su aprendizaje. El proyecto a iniciativa propia e independiente de cualquier pauta o asesoramiento de terceros, lo denominamos así, “Del Guadiana a la China, pasando por Venecia”, porque surgió en plena clase de Naturaleza (una clase excepcional, sin paredes, libros, consignas, asientos obligados, horarios, silencios, amodorramientos y otras “disciplinas victorianas” de nuestros “Magnos” colegios tradicionales).
Sencillamente surgió estando en el río Matachel, afluente del Guadiana, que pasa por buena parte del territorio pacense. Estábamos disfrutando de una mañana primaveral, buscando hojas para un álbum y de paso para intentar coger hojas de morera, ya que desde hace tiempo venimos criando gusanos de seda. A su vez hablábamos sobre el relieve y paisaje de esa zona preciosa, pero desgraciadamente cada vez más estropeada por quien se sirve de ella; en este caso del humano; no del hombre que cultiva cerca sus olivos y vides, sino de aquellos que siembran de latas y basura cualquier espacio no cerrado.
Con las simples premisas de un virtual viaje imaginado a China conseguimos, sin darnos cuenta, elaborar la ruta espacial y de aprendizaje para que ese deambular por la cultura, la motivación y el aprendizaje efectivos se cumpliesen y Silvia, de alguna forma, saliese de su letargo involuntario y desidioso.
Dado que allí, a orillas de ese hijo del Guadiana, no encontramos morera alguna, se nos ocurrió la idea de “irnos” a la China para que nos ayudaran, pues es bien sabido que esos curiosos gusanos proceden de esa Cultura milenaria. Para ello sabíamos que un afamado viajante de Venecia, Marco Polo, había hecho famoso a estos gusanos, con su espectacular ruta comercial, la de la seda, la que tantas puertas de comercio, cultura e influencias abriría, comenzando por las distintas Cortes monárquicas de la Europa del momento.
Comenzaba así ese viaje de motivación, indagación voluntaria y personal; curiosidades y muchas, muchas preguntas y dudas al respecto, que iríamos sorteando a medida que nuestra imaginación e inquietudes fueran avanzando. Libremente, sin reglas, pero avanzando. Entre esas curiosidades se nos plantearon las siguientes: Países que deberíamos cruzar en forma lineal; es decir con nuestra latitud aproximada de 40º. Para ello habría que repasar el concepto de latitud y longitud; la forma que podríamos usar una brújula e incluso la manera de guiarnos por las estrellas.
Deberíamos estudiar no sólo la situación de los diferente países, sino además algunos detalles de ellos. Así sería interesante conocer la gastronomía típica de ellos, para disfrutar virtualmente de sus exquisiteces culinarias y de paso ver la relación existente entre algunos de sus ingredientes y la cultura del país.
Sería también interesante conocer alguna peculiaridad de cada país, tipicidad o curiosidad para poder conocer a sus gentes.
A su vez, debíamos visitar sus capitales e incluso algunas ciudades importantes o representativas, pues no hay viajante que menosprecie conocer parajes típicos de cada zona. Por supuesto habría que conocer su moneda oficial y su equivalencia, con el euro, para llegado el momento poder calcular y obtener bellos recuerdos.
Sería importante, además conocer parte de la flora y fauna de cada zona, para apreciar la variedad autóctona de cada país y conocer un poco más de él.
Como buen viajante sería conveniente saber la distancia entre cada país y el siguiente para hacer una buena hoja de ruta. Incluso sería conveniente realizar una escala para tal cometido.
Por supuesto nos interesaría conocer el horario en cada uno de los países visitados, para poder comunicarnos con nuestros amigos y familiares, cuando en España fuesen las 12 del mediodía y así, establecer la relación espacio-tiempo en cada uno de esos países visitados.
Como la economía es parte de nuestro deambular y nuestras posibilidades, sería idóneo conocer el tiempo empleado en recorrer distintas distancias por una ruta y otra; con diversos medios de transporte: Coche, barco, tren, avión… y ¡cómo no! compararlos y hallar velocidades, distancias y tiempo empleados.
A la vuelta, de regreso de ese dilatado viaje sería conveniente realizar esa ruta por otro camino; en este caso por la propia ruta de la seda, para hacernos una idea de la puerta abierta por Marco Polo y otros en esa lejana época. Así compararíamos con la establecida por nosotros en cuanto a tiempo, distancia y dificultades añadidas.
De ese modo precisaríamos conocer no sólo parte de leyendas, historias y mitos de China, su cultura y la procedencia de esa seda traída por Marco Polo y los suyos, sino conocer además las etapas de la vida de ese laborioso gusano de seda, la transformación de sus hilos dorados, técnicas y elaboración, etc., sino que también deberíamos vernos inmersos en la vida de Marco Polo, la vida en aquellos años; la sociedad, economía política y cultura de esa época aperturista hacia otras culturas y sociedades muy distintas a la del Mediterráneo de aquella época.
En definitiva, sin darnos cuenta y dejándonos llevar por tal viaje de motivación e imaginación hemos recorrido muchas sendas con buena dosis de historia, geografía, ciencias naturales, arte, plástica, lengua, matemáticas, química, física… y lo más importante una gran dosis de aprendizaje e inquietud personales; esas que no te atan a un asiento o a un anodino volumen desilusionante y aburrido.
Dado el buen tiempo no faltó un buen recreo consistente en un chapuzón jugando en las orillas de ese afluente del Guadiana. Pero eso se comentará en otra ocasión
{Las fotografías son propiedad del autor del artículo}
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ ESCRITO POR...
Manuel Rodríguez es homeschooler de vocación, pues siempre educó en casa a sus hijos, aunque obligado a salir definitivamente de la escolarización desde hace ya cuatro cursos, debido al acoso escolar sistemático sufrido por su hija.
En sus varios blogs se interesa por el mundo de la atención a la diversidad, por el acoso escolar o bullying y por todo lo concerniente a la educación y aprendizaje efectivos, entre otras temáticas. Se declara autodidacta, curioso, observador y comprometido.
Puedes leerlo en V
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