Si en una reunión con amigos se pregunta por las matemáticas, siempre aparecen como si de un resorte se tratara, varias personas que comienzan a explicar lo poco que le gustan o lo mal que siempre se le han dado las matemáticas. Si bien es cierto que a veces me he encontrado con personas que me han manifestado su pasión oculta por las matemáticas, lo más común es un extraño rechazo. Y digo extraño, porque no sucede lo mismo cuando hablamos de historia o literatura. Casi se diría que hay un acuerdo tácito para criticar a las matemáticas.
Creo que muchos de nosotros hemos aprendido matemáticas memorizando, sin entender los principios en los que se basan los conceptos matemáticos. Muchas veces, en las primeras edades cuando a base de memoria visual o auditiva copiábamos las estructuras que nos enseñaban pero sin entenderlas, teníamos éxito y a medida que nos hicimos más mayores ese resplandor se fue apagando.
Es por ello que como madres y padres que educamos a nuestros hijos en casa, debemos reflexionar acerca del aprendizaje de las matemáticas y ver qué es lo que, en general falla, y cómo no caer en los errores habituales con nuestros hijos.
Dos de los aspectos que yo considero fundamentales para desarrollar la comprensión de los conceptos matemáticos es presentar las matemáticas a partir de un contexto significativo y a través de materiales concretos.
Por contexto significativo entendemos las situaciones cotidianas que para los niños tienen un significado real. Los niños, y por qué no los adultos también, se sienten más motivados por el aprendizaje si éste es útil si tiene relación con su vida. Especialmente los niños pequeños, viven el presente inmediato sin preocuparse del futuro.
Por ejemplo, en situaciones cotidianas podemos empezar comparando dos cosas preguntando si son o no de la misma medida o color, preguntando en qué se parecen, qué tienen de diferente,… Estas actividades que parecen muy sencillas, son muy importantes porque van poniendo los fundamentos de múltiples conceptos que vendrán después. A medida que los niños crecen, nosotros debemos estar atentos a añadir complejidad a las cuestiones que les hacemos.
Los materiales concretos o materiales didácticos son aquéllos que representan situaciones donde el niño puede, mediante su acción, llegar a descubrimientos matemáticos o afianzar los que ya tiene. Cuando los niños tienen la oportunidad de comparar, manipular, ordenar y clasificar objetos, interiorizan conceptos matemáticos. Tal y como decía María Montessori, “El niño tiene la inteligencia en la mano”.
ESCRITO POR...
Malena Martín es madre de dos niños de 11 y 13 años educados en casa. Es matemática de profesión y afición, especialmente en el área de la didáctica.
{Las fotografías son propiedad de la autora del artículo}
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Malena Martín es madre de dos niños de 11 y 13 años educados en casa. Es matemática de profesión y afición, especialmente en el área de la didáctica.
Su web www.aprendiendomatematicas.com es un lugar con recursos e ideas para aprender y para enseñar matemáticas.
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