La autora lo presenta como una estantería con 12 cajas numeradas del 1 al 12. Cada caja tiene alguna actividad educativa dentro y se van completando las cajas en el orden numérico. Entre medio se pueden colocar otras actividades de todo tipo como excursiones, música, pausas, comida, tiempo de pantalla, etc. y estas actividades se representan en una plantilla.
La autora también presenta tarjetas de entrada y salida del “cole”, pero muchísimas familias han dejado de utilizar estos. Nosotros ni los pusimos en práctica porque el aprendizaje no se “empieza y se acaba” a una determinada hora, sino que siempre aprendemos.
Para nosotros lo bueno de las cajas ha sido que nos han dado una estructura y un orden a lo que realmente ya hacíamos, simplemente que ahora está más claro y más visible para los niños qué es lo que se espera de ellos o qué podríamos hacer aquel día. Esto ha hecho que hemos podido hacer mucho más cosas de las que hacíamos antes porque todo estaba preparado y también ha hecho que ciertas actividades que teníamos olvidadas han vuelto a ver la luz dentro de las cajas.
No somos tan estrictos con el sistema tal como lo ha ideado la autora, al contrario. A lo largo de estos ya casi dos años que lo utilizamos, hemos hecho varios cambios y de vez en cuando se siguen haciendo pequeños cambios.
El cambio más importante ha sido dejar de hacer las cajas en un orden preestablecido. El orden de las cajas no importa, lo importante es que se hagan las cosas. Tampoco es importante acabarlas todas si hemos estado trabajando bien. Muchas veces surgen ideas espontáneas o algo que queremos profundizar y así tardamos más de lo previsto en alguna caja. No se trata de una carrera de rapidito acabar con esto y así poder hacer otra cosa. Muchas veces también los niños mismos han llenado las cajas o han hecho cambios a última hora sobre el contenido de alguna de ellas.
Lo bueno para nosotros es la estructura flexible que dan como he dicho antes. Es como vivir en una casa o vivir al aire libre. Vivir al aire libre puede estar muy bien, pero llega un momento que uno se pierde, no sabe dónde poner las cosas, no sabe dónde está nada y te sentirías un poco perdido.
Pero vivir en una casa te da protección y seguridad. Cada habitación es una caja. Cada uno llena su casa como quiere, tiene su estilo, tiene sus valores y da importancia y unas cosas o a otras. Con las cajas para nosotros pasa lo mismo. Son las habitaciones de nuestra casa de aprendizaje y le metemos lo que queremos aprender en aquel momento: libros que hemos elegido, proyectos que queremos hacer, cartas que queremos escribir, fichas que queremos acabar, experimentos que queremos hacer, juegos que queremos jugar, cosas que pensamos que sean importantes etc... etc....
En nuestra casa sí que hay 3 cajas obligatorias con un tipo de actividades bastante escolares de matemáticas y lengua. Mis chicos ya se hacen grandes y hay ciertas cosas que creo que son obligatorias. Pero esto no hace falta que otra familia lo haga igual aunque quiera utilizar las cajas. Cada uno pone los muebles en su casa que quiere y cómo quiere. Con las cajas pasa lo mismo. Cada uno puede meterle lo que quiere y ordenarlo como quiere.
Para más información recomiendo ver nuestro Blog en el apartado de WorkboxWednesday o Workboxes
{Las fotografías son propiedad de la autora del artículo}
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ ESCRITO POR...
Marvan es belga y mamá de dos chicos de 12 y 9 años. Lleva educando en casa desde 2007 y viven en Barcelona.
Puedes leerla en su blog: ORCA: Observar, recordar, crecer y aprender
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