1. Cuando los niños están en casa hay más tiempo para compartir en familia.- Este tiempo se traduce en actividades compartidas, la posibilidad de viajar en temporada escolar (con el correspondiente ahorro de dinero), y mucho tiempo para conocernos entre padres e hijos. Si el problema de la sociedad actual es que los padres no pasan tiempo con sus niños, la educación en familia puede convertirse en parte de la solución a este problema.
2. Los papás nos beneficiamos de su aprendizaje.- Ya hace tiempo que salimos de la escuela, pero ¿qué tanto recordamos las lecciones? Al tomar la responsabilidad de educar a nuestros hijos asumimos también el reto de educarnos a nosotros mismos. Los padres e hijos podemos compartir un sincero "no sé" y averiguar las respuestas juntos. Aprender cosas sencillas y complejas a la edad adulta es un privilegio de pocos. Para muchos ha significado un reencuentro con el gusto por aprender.
3. Los niños aprenden más rápido.- Las actividades suelen concentrarse en los intereses de los niños, y la atención es individualizada. Esto agiliza enormemente el proceso de asimilación, ya que tenemos niños interesados y concentrados a la vez. Un punto que en la escuela puede demorar 1 día o hasta una semana de repetición, en casa puede tomar solo un par de minutos.
4. Los niños socializan con gente de diversas edades y clases sociales.- Los niños educados en casa tienen la oportunidad de socializarse con personas de diferentes edades y estratos socioeconómicos. No sucede así con un niño que asiste durante 6 años a la misma escuela y tiene los mismos compañeros, que además pertenecen a familias de un mismo nivel socioeconómico-cultural. Educar sin escuela abre las puertas hacia un socialización entre personas similares y diferentes a nosotros.
5. Los pequeños son insertados al mundo de los adultos en forma natural.- Cuando los niños se educan sin escuela generalmente acompañan a los padres a todas partes. Paseos al banco, al supermercado, al municipio a completar un trámite, o la visita a un familiar, permiten a los niños observar de cerca el complejo mundo de los adultos, para luego integrarse a él con más naturalidad.
6. Seguridad de niños y niñas.- Si bien la sobreprotección es perjudicial, todos tenemos claro que no es saludable para ningún ser humano el crecer en un ambiente de violencia y burlas. Cada día es más común escuchar que en las escuelas suceden robos entre compañeros, y el bullying (acoso escolar) es un problema que ha alcanzado gran parte de establecimientos escolares. Al educarse en familia los niños crecen en un ambiente de amor y respeto, que luego pueden expresarlo con otras personas.
7. Infancia con menos publicidad.- No es un secreto que la industria publicitaria hace esfuerzos concientes por llegar a los niños. ¡Quizás existan más psicólogos estudiando el comportamiento infantil en favor de la publicidad que en favor de la unidad familar! Cuando los niños se educan sin escuela tenemos bastante control respecto a lo que se presenta ante los ojos de nuestros niños. Incluso cuando existe publicidad, esta tiene menos efecto en nuestras familias, ya que estamos presentes para explicar y reorientar los esfuerzos de las firmas publicitarias.
Estas son 7 de mis razones para educar a mi hijo sin escuela, y quizá todas se resumen en mi deseo por proveerle una mejor formación que la que ofrece el sistema escolar. Cada familia tiene las suyas, y todas son válidas, siempre que las asumamos con responsabilidad y amor por nuestros niños.
{Vía: articuloz.com}
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